jueves, 27 de noviembre de 2008

Aventurero "español"


El pasado verano SEAT presentó en sociedad el primer SUV de la historia de la marca “española” y como estoy haciendo pruebas en este segmento no podía dejarlo fuera aunque no sea tan cañero como la competencia fuera del asfalto. Sus rivales están más en la onda del skoda octavia scout que en la del Tiguan, Kuga y demás adláteres, pero la verdad es que su comportamiento sobre firme de brea cumple mucho más que sobradamente, haciendo gala de nuevo de un gran chasis que en la casa denominan “agil” y que le permite virar muy plano y transmitir unas sensaciones mucho más deportivas de lo que cabría esperar. El conjunto hace que estemos ante un interesante monovolumen con estética off-road, tracción a las cuatro ruedas, tres motores de 140, 170 y 200 CV y un alto equipamiento de serie.

El freetrack ha sido diseñado y desarrollado en el Centro Técnico de Seat en Martorell (Barcelona) y por ese se presentó en el salón de Barcelona del año pasado. Para su desarrollo, los ingenieros de Seat han tomado como base el Altea XL y le han hecho algunos cambios. Le han incorporado molduras protectoras en material plástico en los laterales, parachoques delantero y trasero, llantas de nuevo diseño en 17 pulgadas y neumáticos específicos de mayor diámetro lo que le confiere una imagen más aventurera y robusta. Además, se ha aumentado en 40 mm la distancia al suelo con respecto al Alta XL para mejorar sus aptitudes fuera del asfalto, aunque aquí no se le pueden pedir peras a un olmo calzado con neumáticos 100% carretera y sin ningún tipo de reductora ni sistema de descenso de pendientes ni nada que se le parezca.

Mecánicamente está disponible con tres motores, el gasolina 2.0 TFSI con 200 CV y dos Diesel 2.0 TDI con 170 CV y 140cv, siendo uno de los SUV de formato familiar más dinámicos del mercado. Sus cifras así lo reflejan. Con el 2.0 TFSi la velocidad máxima es de 214 km/h, acelera de 0 a 100 en 7,5 segundos y el consumo medio es de 9,4 litros cada 100 kms. Estas cifras con el 2.0 TDI más potente se convierte en 204 km/h, 8,7 segundos y 6,8 l/100 kms, respectivamente. El motor pequeño es para aquellos que no demandan lo más en prestaciones ya que debido a su altura y a la tracción, aunque puede no llevarla, se muestra perezoso. A estas buenas prestaciones se une que incorpora transmisión a las cuatro ruedas a través de un esquema con conexión hidromecánica y mando electrónico tipo Haldex, que garantiza un reparto de fuerza de manera progresiva y precisa. En condiciones de uso normales, la fuerza se transmite totalmente a las ruedas delanteras, mientras que si la situación lo requiere el reparto pasa a ser del 50% al tren trasero, un seguro en condiciones climatológicas y de adherencia adversas.

Si a todo esto y a su capacidad para realizar rutas por el campo sumamos su buena habitabilidad y gran capacidad de carga parece que tenemos un producto muy atractivo. Los asientos traseros pueden desplazarse hasta 16 centímetros para aumentar el espacio para las piernas de los pasajeros, variando la capacidad del maletero de 593 litros en el tope a 490 si los desplazamos totalmente hacia atrás, mientras que con los asientos traseros totalmente plegados el espacio de carga es de 1.562 litros, un poco menos que el Altea XL debido a la incorporación de la tracción total. Como guinda, el pastel se comercializa con un único nivel de acabado que incluye un completo equipamiento de serie. Como gran novedad incorpora un nuevo sistema multimedia compuesto por una pantalla TFT de 7 pulgadas, ubicada en el techo del vehículo, y una conexión RCA que permite conectar reproductores de DVD, consolas de videojuegos, ordenadores portátiles e incluso reproductores de MP3 con la ventaja de que el sonido sale a través del sistema de audio del propio vehículo. También se añade las cortinillas en las puertas de las plazas traseras, doble climatizador, sensor de luces y de lluvia, sensor de aparcamiento, control de velocidad, ordenador de a bordo, radio CD con Mp3 y mandos en el volante, entre otros. Y en materia de seguridad, el Altea Freetrack suma en la lista del equipamiento de serie el control electrónico de estabilidad ESP, seis airbags, sistema de dirección electromecánica (EPS), testigo de presión de neumáticos, etc. Y todo por un precio que parte de los 26.092 euros. ¿Se puede pedir algo más?

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