lunes, 6 de octubre de 2008

¿Inadecuado maridaje?


Aprovechando la presentación del todopoderoso TDI V12 de 500 cv yo, que para algo soy más chulo que un ocho y ya que no me habían invitado al evento me he dedicado a probar el motor “pequeñito” de gasolina. Antes de seguir tecleando voy a reconocer que algo mal acostumbrado estoy y que soy de la opinión de que cuanta más potencia mejor, pero tengo que decir que el matrimonio entre el peso de este vehículo y el carácter de este motor no me convence del todo. No es que crea que no es suficiente para el gran SUV de Audi, es que las sensaciones a sus mandos claman por que hubiéramos elegido el fantástico diesel para los menesteres que normalmente acometeremos, es decir viajar cómoda y plácidamente cargados como Dios manda y en buena compañía.

 

El nuevo 3.6 V6 FSI de 280 cv, que también se ofrece en el Volkswagen Touareg, cuesta nada menos que 56.480 euros; y aunque esta tercera motorización es significativamente menos costosa que la V8 de gasolina, resulta muy similar en precio al diesel 3.0 TDI de 233 cv.  Con el motor FSI “canijo” el Audi Q7 se mueve con una soltura suficiente pero inadecuada para su elevado peso. Rinde 280 cv de potencia a 6.200 rpm y 360 Nm de par entre 2.500 y 5.000 rpm, lo que unido a sus eficaces sistemas de cambio Tiptronic y tracción total Quattro le permiten lograr una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos. La velocidad máxima es de 225 km/h con la suspensión convencional de serie, y de 230 km/h con la suspensión opcional neumática, ya que al bajar la carrocería para altas velocidades favorece la aerodinámica. Está claro, sobre el papel las cifras no defraudan, sin embargo…

 

Es un motor brillante, de aspiraciones y sonido deportivos, pero que en un modelo con semejante tonelaje no resulta para nada impresionante, ni se puede disfrutar al 100%. En caso de necesitar una aceleración significativa, por ejemplo, para un adelantamiento, suele ser obligado reducir un par de marchas, ya que es en la zona alta del cuentavueltas donde mejor puede hacer frente a los 2.460 kg que pesa el coche. Le falta algo de fuerza a pocas vueltas para poder circular en marchas largas de manera sosegada, a pesar de que el par máximo anunciado es de 36,73 mkg disponibles entre 2.500 y 5.000 rpm, un margen muy amplio que demuestra la alta tecnología empleada en este bloque. Pero es que a bajas vueltas le falta garra y punch, y una vez que lo hemos estirado adecuadamente, a pesar del gran comportamiento que el bastidor con suspensión neumática ha demostrado una vez más, aligerando mágicamente las más de 2 toneladas que manejamos, y a pesar también del acabado Sline con zapatos de 20 pulgadas de la unidad de pruebas, los consumos nos recuerdan que no bailamos con una sílfide y las sensaciones dejan un regusto amargo.

 

Por otro lado esta prueba me ha vuelto a demostrar que la lista de opciones en las que uno se puede gastar el dinero si quiere un automóvil exclusivo es tan larga como la cola del paro, pues la unidad en cuestión venía cargada hasta los topes. Todo lo imaginable y más estaba montado y la verdad que la sensación de lujo y singularidad era patente. Suspensión neumática, control adaptativo de velocidad, techo panorámico, tapicería de cuero, equipo de audio Bang&Olufsen, apertura eléctrica del maletero….y un largo etcétera que aburriría al más pintado y que hacen del coche un verdadero traje a medida que los más exquisitos sabrán valorar.

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