martes, 18 de noviembre de 2008

Mi opción de compra (II)


La gama 2009 del Tiguan aumenta el precio en unos 350€ de media y propone para ello algunos cambios mecánicos junto con la posibilidad de traer sólo tracción delantera, lo que me vale de excusa para traer a mi ventana otra de mis opciones de compra ya que, por fín, desde octubre, está disponible  también la versión Diesel 2.0 y 170 CV con la que adquiere  la mejor relación entre prestaciones y consumo.  Es 1.300 € más cara que la de 140 CV y existen entre las dos versiones una diferencia importante en las prestaciones pero no en el consumo, lo que le convierte en un motor que le va como un guante. El producto de VW está por encima de la media por la calidad de los materiales, los ajustes o por la cantidad de equipamiento que puede tener, con elementos poco frecuentes en coches de este tipo como el sistema de aparcamiento automático o la cámara trasera, situándose como una opción Premium.

Puede elegirse con cinco motores, tres de gasolina de 150, 170 ó 200 CV y dos turbodiesel de 140 CV ó 170 CV pues progresivamente el Grupo Volkswagen está reemplazando los antiguos motores 2.0 TDI por los nuevos con el sistema de inyección por conducto común. Hay tres niveles de equipamiento («Sport», «+Motion» y «Country») y todos tienen tracción total pero ninguno reductora. Opcionalmente, las versiones de gasolina con 170 y 200 CV, y la Diesel de 140 CV, pueden tener un cambio automático Tiptronic (de convertidor de par hidráulico) con seis velocidades, pero en ningún caso está disponible el fantástico cambio de doble embrague «DSG» por incompatibilidades técnicas. El gasolina de 170 CV lo he probado con el Tiptronic y con está combinación las recuperaciones y el consumo se resienten aunque se gana en comodidad. Comparando las versiones de gasolina y Diesel de 150 y 140 CV respectivamente, el Tiguan de gasolina tiene mejores prestaciones y  hace menos ruido pero el Diesel gasta alrededor de un 20 por ciento menos y tiene mejor respuesta en ciudad y en recuperaciones, una opción mucho más lógica en mi opinión

El puesto de conducción es similar al de un turismo pero sentado más alto y con el salpicadero muy subido. Detrás, el espacio para las piernas es amplio cuando el asiento trasero está en la posición más retrasada, situación en la que el maletero se queda justo para mi gusto pues no cabe una bolsa de golf, mi nueva afición, menos mal que la banqueta está dividida en dos partes (60:40) y cada una se desplaza longitudinalmente 16 cm. Los respaldos traseros se pueden además variar en inclinación en un margen de 23º; un sistema muy cómodo similar al que tiene el Toyota RAV-4 y que no está disponible en la mayoría de sus rivales. Algunas versiones tienen el respaldo del asiento del pasajero delantero abatible y hay numerosos huecos de tamaño diverso repartidos por todo el habitáculo. El maletero tiene 395 l de capacidad y, bajo el piso, va alojada la rueda de repuesto. Es una rueda de emergencia pero se puede pedir con un equipo de reparación de pinchazos en vez de ésta, lo que aumentaría hasta 470 l la capacidad del maletero, algo no muy recomendable tratándose de un SUV.

El equipamiento de serie es abundante. El nivel «Sport» lleva seis airbags, control de estabilidad, botón «Off-road», faros antinieblas, climatizador de dos zonas, ordenador, sistema de ayuda al arranque en rampa, conexión automática de los limpiaparabrias, respaldo del asiento del copiloto abatible hacia delante, barras cromadas en el techo o neumáticos 235/55/R17. El nivel «+Motion» añade a lo anterior los faros de xenón dobles, con sistema de iluminación activa, programador de velocidad, asientos tapizados en cuero, calefactados los delanteros y con regulación eléctrica el del conductor (el del pasajero sólo en altura). Todas las versiones tienen el botón off-road junto a la palanca de cambios que permite variar la respuesta de diversos elementos  para facilitar la conducción fuera del asfalto, y aunque no es mágico ayuda a mejorar este tipo de conducción. También es de serie el freno de estacionamiento eléctrico con una función para facilitar el arranque en rampa («Autohold»), el control de estabilidad y los airbags frontales, laterales delanteros y los de cortina.

El Tiguan tiene la tracción total que Volkswagen denomina «4Motion», que tiene un funcionamiento completamente automático y la versión «Country» es la más indicada para circular por el campo. Se diferencia por los siguientes elementos distintivos: el paragolpes delantero tiene un diseño diferente que le da un ángulo de ataque de 28º (en vez de 18º), lleva una protección inferior del motor, las molduras protectoras laterales son del color de la carrocería y las barras del techo y las lamas de la parrilla del radiador son de color negro. Fuera del asfalto, el avance queda limitado por unos recorridos de suspensión poco amplios (185 mm delante, 200 mm detrás), unas ruedas para asfalto o la ausencia de diferenciales bloqueables manualmente. También supone un inconveniente en un uso por zonas abruptas la ausencia de reductora, enmenor medida en la versión de cambio automático gracias al resbalamiento de convertidor de par. La caja de cambios manual tiene una primera muy corta (6,69 km/h cada 1.000 rpm) pero no desempeña el papel de una reductora (ni al acelerar ni al retener el coche en un descenso).

La rigidez torsional del chasis es 34.000 Nm/grado, un valor elevado y por encima de otros todo terreno de campanillas como todo un BMW X5 o un Range Rover gracias a sus cotas más reducidas. La suspensión de serie es similar a la que tiene el Golf Plus: independiente en las cuatro ruedas, de tipo McPherson delante y paralelo deformable detrás. Hay una diferencia y es que el subchasis de la suspensión trasera es de acero en el Tiguan, en vez de la de aluminio del Golf Plus. Desde mayo de 2008, también está disponible opcionalmente con una suspensión adaptativa con amortiguación de dureza variable, una amortiguación variable (con tres programas de funcionamiento) que es de tipo electromagnética.

Respecto a la versión de 140 CV, entre los todo terreno de su tamaño y potencia semejante, es más asequible que el BMW X3 2.0d y tiene un precio muy similar a un Land Rover Freelander 2 (160 CV). Un Ford Kuga (136 CV), Jeep Compass (140 CV), un Toyota RAV 4 (136 CV) o un KIA Sportage (140 CV) tienen un precio de partida menor. De todos ellos, el Kuga, el Tiguan y el X3 son los más recomendables para quien valore sobre todo la respuesta en carretera. Fuera de ella, el modelo de Volkswagen también puede desenvolverse con cierta soltura siempre que no se utilice en zonas muy abruptas; para este uso el Freelander 2 o el Suzuki Grand Vitara son más eficaces.

El Tiguan está a la venta desde 32.060 € (Tiguan 1.4 TSI Sport 150 CV) hasta 39.580 € (Tiguan +Motion 2.0 TSI 200 CV Tiptronic)

1 comentario:

Polacos dijo...

Excelente artículo Sbisbo. Objetivo, claro y al grano. Se echan de menos letras tan claras, más hoy en crisis, donde te cuelan gato por liebre y te venden 4 ruedas por un F1.

No pareces muy convencido por los todoterrenos. A ver cuando te lanzas a escribir sobre el nuevo Kyron. Personalmente me parece igual al anterior sólo que con nuevos faros traseros.

Ánimo con tus investigaciones y espero el análisis.

Polacos.